Tomé a la novia gorda de mi amiga perforando su mierda con un consolador antes de aterrizar en mi polla.

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Tomé a la novia gorda de mi amiga perforando su mierda con un consolador antes de aterrizar en mi polla.

Tomé a la novia gorda de mi amiga perforando su mierda con un consolador antes de aterrizar en mi polla.

Debo confesar que nunca me gustaron las bodas. Demasiadas formalidades, sonrisas falsas y, normalmente, tanto la novia como su futuro esposo se ponen nerviosos cuando sienten la presión. Vi que mi amigo estaba loco, así que traté de encontrarlo y calmarlo el día de su boda. En cambio, conocí a su futura esposa. Lo he visto varias veces y me impresionó. Pero la atrapé en el momento en que estaba cambiando. Tenía piernas largas y se veía muy sexy con calcetines blancos. ¡Su trasero estaba increíblemente apretado! Me escondí y la vi poner los calcetines en mis muslos, todo lo que me estaba causando una erección gigante. ¡Me quedé en estado de shock cuando consiguió un consolador! Tal vez esa sea su forma de aliviar la tensión, mientras abrió las piernas y la pone en su coño. En ese momento, finalmente me dio cuenta, pero supongo que estaba más sorprendida que enojada. ¡Parece que estaba más interesada en mi polla que en ir a la capilla! ¡Probablemente quería tener una última polla antes de casarme! En menos de un minuto, la novia sexy ya estaba de rodillas, chupando mi polla con pasión. Me imagino que estaba motivado porque esta es nuestra primera confrontación y quería mostrar todo lo que tienes. Una vez que sintió que era duro como una roca, se detuvo en mí, se quitó las bragas de boda blanca, bajó su coño mojado en mi polla palpitante y comenzó a montar al estilo de la vaquera. Fue increíble ver sus gigantescas tetas rebotando y pudo ver lo feliz que está. La vi aún mejor cuando se dio la vuelta y comenzó a rebotar nuevamente, esta vez en el estilo de vaquera inversa para poder verla a lo grande. Es el día de la boda y parece que él sabe lo que quiere, así que la dejé liderar el camino. La energía que tenía ese día era de otro mundo, como si su futuro esposo no estuviera prestando suficiente atención. Pero ese es su problema: estaba aquí para disfrutar y, francamente, nunca pensé en la posibilidad de atraparnos. La única decisión que tomé fue cuando tuve que conseguir mi polla y bañarla con semen, haciendo de esta la boda blanca que merece.