¿Quién necesita ficción cuando tienes acción frente a ti?
1¿Quién necesita ficción cuando tienes acción frente a ti?
El tipo quería ver algo de Netflix; Sin embargo, su molesta hermandad Zorra decidió realizar obscenos estirándose justo en frente de él. Mientras se torcía en varias poses lascivas, su ropa de gimnasia apretada se pegó a su culo como una segunda capa de piel. Esta chica estaba muy caliente. Cada vez que se inclinaba durante su rutina de ejercicios, él no podía sacar sus ojos de su hermoso trasero. Abrumado por los deseos carnales, se lanzaron hacia adelante, desgarrando salvajemente su equipo de entrenamiento, exponiendo su asno impecablemente redondeado y su coño húmedo. Agarrando un puñado bruscamente de su carne de durazno, apretó lo suficientemente fuerte como para dejar marcas. Lanzó besos en el aire y se acercó a la cama, moviendo sus caderas. Una vez que estaba lo suficientemente cerca, la niña se arrodilló y la codiciosa se tragó su palpitante polla. La baba se acumuló en su boca mientras la sirve, adorando su polla con un abandono imprudente. Directablemente, lo montó, deslizándose sobre su gruesa barra con facilidad. Sus jugos fluyeron a través de su barra, cubriéndola con su calor resbaladizo. Ella lo montó vigorosamente, frotando contra él como una puta lasciva. El sudor corrió por su frente mientras golpeaba su regazo con más fuerza, haciendo que los fluidos de su coño salpiquen en todas partes. Dando vueltas, la chica rubia apareció al cachorro, pidiendo un tratamiento difícil. Agarrando su cintura delgada, la golpeó implacablemente, causando jadeos fuertes del bebé insaciable. Cum comenzó a fluir constantemente entre sus piernas, haciendo un desastre con las sábanas ya húmedas desde abajo. Sin previo aviso, se derrumbaron de los lados, todavía íntimamente conectados. Poco a poco, el hermanastro continuó follándose, disfrutando de la sensación de estar completamente envuelto en los brazos del otro. Pening, los adolescentes finalmente se unieron, bañando sus paredes internas con semen pegajoso. Agotados y agotados, permanecieron enredados el uno en el otro, esperando que el sueño los reclamara. Poco a poco, incluso el sonido débil de la televisión cesó, reemplazado solo con fuertes respiraciones y suspiros de satisfacción que resonaron en el dormitorio oscuro.