El día del bistec y la mamada se convirtieron en un festival de sexo familiar en la sala de estar.
4El día del bistec y la mamada se convirtieron en un festival de sexo familiar en la sala de estar.
¡Es el día del bistec y la mamada y este hijo de una perra no podría estar más emocionado! Su nueva esposa, casi desnuda, le sirvió un bistec y comenzó a chuparse la polla mientras estaba en su silla. Ese es el sueño. Necesitaba dos manos para ayudarse a sí misma y sacudir el bastardo. Simplemente estaba sentado allí, admirando su trabajo y disfrutando de su loca vida al máximo. De repente, su hijastra interrumpió la mamada, y ahora se entiende que este bastardo estaba recibiendo una mamada de su esposa. Quería que tu hijastra se uniera. Honestamente, tiene espacio en su polla incluso para tres perros más. Todos se mudaron a la sala de estar familiar y comenzaron una buena tradición de bistec y mamadas. Las dos encantadoras damas, mamá y hijastra, comenzaron a chupar la polla de su padrastro. Las chicas lo chuparon y lubricaron a su general solo para poder perforarlas a las dos. La hija aterrizó fácilmente sobre su general porque ya estaba mojada. Obviamente, ella era un zorro experimentado y estiró su coño en su polla con jeans. Salté muy fuerte y, aun así, parecía muy juguetón. Los senos de la madre se veían increíbles, y se veían aún más hermosos cuando la gravedad hizo lo suyo cuando recibió al padre de su padre en el estilo perrito. ¿Qué señora estaba más satisfecha y cuál gritó más? Ambos estaban muy satisfechos porque este buen caballero sabía cómo follar. ¿Qué más quiere este chico? Él ya tiene todo lo que necesita, e incluso estaba recibiendo el bistec y la mamada. No se quejó en absoluto, y ese día de bistec y mamada se convirtió en un festival de sexo familiar en la sala de estar. Su hijastra desnuda estaba boca abajo, gritando de placer, mientras golpeaba su jugoso y suave coño. Mami estaba dando a su hijastra para lamerla y comer su experimentado coño. El gran clítoris de mamá estaba en su boca y ahora gimimos. Casi podía respirar cuando mamá se sentó de lado. ¡Qué maldito trío loco!