A mi habitación tetona le encanta ordeñar mi polla

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A mi habitación tetona le encanta ordeñar mi polla

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Me estaba relajando en mi habitación cuando mi compañero de quema entró en mi habitación y me metió en mi cama. Cuando se mudó, supe que tendría problemas para mantenerlo en mis pantalones cerca de ella. Caminó por el apartamento con sus pequeños pantalones cortos y sus blusas de bufanda. Es como si me estuviera molestando con sus senos todos los días, solo para ver cuánto tiempo soportaría sin follarla. ¿Podría ser más sexy? No puedo soportar mucho más. Cada vez que cierro los ojos, todo lo que veo es su jugoso culo y sus hermosas y grandes tetas. Dios, quiero perforar su pequeño y sucio coño con tanta fuerza. Pero entonces, un día, ella necesitaba un favor y sabía que algún día sería útil. Así que di lo mejor y la ayudé. Estaba en mi cama, otra vez con su ropa sexy y ajustada. ¿A dónde vas con esto? Finalmente abrió la boca y me dijo lo afortunado y feliz que es tenerme. Dulce tiempo de venganza. Estaba llegando a su punto máximo con su voz baja y seductora. Vaya, esta chica es buena. Ella realmente sabe cómo enojarse, y tal vez cuando la pone en mis manos, puede mostrarle cuánto me vuelve loco. Hoy es el día en que supliqué chuparme la polla y devolver mi favor. Demonios, no podía decir que no esos labios jugosos. Así que la dejé sacar mi polla de mis boxers y llevarla a mi boca. Sus labios hinchados se sintieron increíbles envueltos alrededor de mi polla dura. Estaba tan ansioso por complacer. Luego me empujó hacia la cama, me quitó la ropa y finalmente me dejó poner mi polla en su coño. Ella abrió sus nalgas redondas y pude ver su maldito coño. Golpeé su jugoso trasero con fuerza, agarré sus coletas y tiré de su cabello. Ella me empujó sobre la cama y me subió, sus senos presionaron contra mi pecho, sus labios acariciando los míos. Su cuerpo era simplemente perfecto, nunca había visto tetas tan perfectas. Abajo había un buen triángulo de vello púbico. Ella me montó, frotando sus increíbles tetas en mi cara. ‘Rocíalo bebé, rocía tu jugo para todas mis tetas, ¡para toda mi cara! ¡Apretó mis bolas!