Chica traviesa y deliciosa rubia deja que un niño de la escuela corra en él

2
Share
Copy the link

Chica traviesa y deliciosa rubia deja que un niño de la escuela corra en él

Chica traviesa y deliciosa rubia deja que un niño de la escuela corra en él

River, un adolescente travieso, debería estar en la escuela, pero está demasiado ocupado enviando mensajes de texto y pensando en el sexo. Su padrastro comenzó a notar eso e intentó hacerla ir a la escuela y prestar más atención. Pero ese mismo día trajo a casa a un niño que quería follar y le dijo que deberían hacer un proyecto para la escuela juntos. El proyecto resultó ser una clase magistral sobre cómo chupar pollas. Este adolescente cachondo llevaba una pequeña blusa blanca, falda corta y mitad y se veía tan bien inclinada, con una polla en la boca. Lo lamió y chupa como si su vida dependiera de ello. Luego se mudaron al dormitorio donde ella lo dejó caer sobre ella. La niña desnuda abrió las piernas frente a él y la dejó follarla en modo misionero hasta que corre en su coño. Su coño de 18 años era joven y apretado y tampoco tenía mucha experiencia en sexo. “Casi llegué al río, no sé si puedo retirarme porque se siente muy bien”. Él gimió. River puso su mano debajo de su polla y comenzó a acariciar su chaqueta de nuez hinchada. Y no podía negarlo: anhelaba llenar su dulce agujero de amor con una espesa carga de su semen. «Oh, tus bolas están tan llenas y llenas de esperma. Apuesto a que están ansiosos por ser liberados en las profundidades de mí, ¿eh? El niño trató de reducir el ritmo para recuperar el control, pero era inútil: el pequeño zorro lo tenía justo donde quería. «Dame tu semen, solo déjalo ir y llena mi coño con tus jugos calientes. ¡Esto es lo que ambos queremos! Su cuerpo se apretó y pronto su polla goteó espermatozoides dentro de su coño sediento, llenándolo hasta que se desborda. Pero ese no fue el final. Su sexy compañero de clase desnudo lamió el resto del semen de su polla y lo chupó un poco más. De hecho, se ahogó con eso. Luego llegó el momento del estilo perrito. Agarró su gran y suave trasero y lo embistió por detrás. Cuando él tuvo suficiente, ella giró sobre su espalda y ella saltó sobre la parte superior. Él la golpeó así, chupando sus pezones y se acerca y más para correr. Ella gritó y gimió cada vez más. Luego se giró para hacer una vaquera inversa, ya que esa es su posición favorita. Un par de minutos después, corrió tan duro que se le podía escuchar kilómetros de distancia. Los gritos también lo emocionaron, por lo que agarró su largo cabello rubio, lo recogió y corrió nuevamente en su coño.