Emily tiene las tetas más grandes de la escuela y yo soy la primera que las folló.
0Emily tiene las tetas más grandes de la escuela y yo soy la primera que las folló.
He oído que cuanto más grandes son las tetas, más pequeñas es el cerebro. Seré honesto: solo había una razón por la que la invité y ahora estamos saliendo. Bueno, está bien, en realidad dos razones: Emily tenía las tetas más grandes de nuestra escuela y había prometido a mis amigos que sería el primero en verlos. ¡No solo sus tetas, sino también su sonrisa y su trasero! Ayer nos estábamos relajando en la piscina. Mi polla se rígida la primera vez que vi a Emily en bikini. Sus enormes tetas eran demasiado para un bikini … los pequeños triángulos apenas cubrían sus senos y se derramaban en todas partes. No pasó mucho tiempo antes de que le tomara enorme Aldabas desde la parte superior del bikini y me dejara engrasarlos. ¡Siempre había atraído a las chicas con grandes tetas! Probablemente tengo las tetas más grandes que he visto en mi vida. Estaba presionando y amasando sus tetas con mis manos. Se inclinó y puso sus tetas en mi cara y yo besé y chupa una teta mientras pellizcaba el pezón del otro. ‘Oh, sí, Mike. ¡Bésalos! ¡Bésame tetas! ‘Ella gimió mientras se movía de izquierda a derecha. Emily se desnudó por completo y comenzó a chupar mi polla. Froté mi polla en las tetas mientras ella seguía escupiendo en la punta. ¡Esta chica fue hecha para follar con las tetas! Sosteniendo sus tetas con ambas manos, presionó mi polla entre ellas y comenzó a equilibrarse. Me gustaba ver sus grandes tetas y moverse mientras él alimentaba mi polla. Una vez que terminé de jugar con sus grandes tetas, la guié para que se diera la vuelta e inserté mi varilla en su apretado coño. Mis brazos sostenían sus caderas con fuerza mientras nuestras caderas se reunían para intensificar la sensación de ambos. Me senté en un sofá grande durante un par de minutos y dejé que Emily preparara mi eje en la vaquera inversa. Ella quería controlar la velocidad y me encantó la forma en que fue hábilmente empalmada en mi barra. Además, aún podía alcanzar sus senos, presionándolos, pellizcando pezones duros. Tuve suerte cuando ella se volvió para mirarme y pude mirar a los gemelos y permitirles abofetearme. Sus tetas temblaron como locas, bailando en su pecho mientras me montaba. Muy pronto, las paredes de su coño comenzaron a latir alrededor de mi polla en un poderoso orgasmo. Cuando terminé de follar al perro, rocié mi esperma para todo el estante gigante.