Hijo -in -derecho seducido y follado a su madre -in -derecho en la cocina
0Hijo -in -derecho seducido y follado a su madre -in -derecho en la cocina
La cocina fue hecha un desastre y cuando se dio la vuelta para recoger toda la ropa esparcida, su hijo, la ley dejó su habitación. Él la pasó, como si ella no fuera nada, y fue directamente al refrigerador. Él siempre la molestaba, pero verlo sin camisa la hacía sonrojar. Miró hacia otro lado y continuó recogiendo su calcetín sucio. Esperaba que se fuera cuando ella se levantó de nuevo. Pero en cambio, él se detuvo justo detrás de ella, admirando las curvas de su cuerpo que nunca antes había notado. La agarró por las caderas y se volvió hacia su sexy madre, en la ley para mirarlo. Sus labios estaban tan cerca de ella que podía sentir su aliento en su piel. Movió su mano de su espalda a su trasero. Ella lo dejó. Él estrelló sus labios contra ella y ella se perdió en la pasión de su beso. Ella se arrodilló y liberó su joven polla de sus pantalones cortos. No perdió el tiempo y se tragó a su miembro duro. La hermosa mujer estaba chupando suavemente mientras pasaba su lengua a través de la cabeza de su boca, causando su polla antes de llevarla más profundamente a su boca, sintiendo su polla llenando su boca y chupando su polla suavemente mientras arrojaba su pene. Y su polla salió de sus labios y salió de su boca. Sus dedos se enredaron alrededor de su escroto, masajeando sus bolas. Ella se burló de él besando suavemente sus testículos. La mujer podía sentir sus jugos acumulándose en sus bragas y su coño palpitaba y lo lastimaba. Ella lo quería tanto como él la quería. La agarró por las caderas, comenzó su ropa y la ayudó a llegar al mostrador. Abrió las piernas tanto como pudo y enterró su rostro en su manga húmeda. Su lengua jugaba con su clítoris y sintió que sus paredes se apretaban mientras corrían por toda la cara. Se colocó en su apertura y empujó su gran polla dentro de ella. Su gran polla la convirtió en una puta y ya no podía ser controlada. La folló tan bien que no podía dejar de correr por él.